Estaba yo en mi sofá tomando una taza de té tibio con poca azúcar viendo la comedia romántica "Como la primera vez", cuando de pronto golpean a mi puerta.Era una de mis pocas amigas — que por razones de seguridad social llamare ELLA — llego compartir su decadencia amorosa conmigo, como si yo no tuviera bastante. No tengo novio, y ningun tipo de relacion con nadie, pero no trato de suicidarme (aunque sí quisiera estar con alguien en particular); quiero decir que el sentimiento de "miserabilidad" albergado en mi no surge únicamente en San Valentin, sino que oscila durante todos los meses del año, especialmente antes de mi periodo menstrual (dato asqueroso por cierto), lo que no me impide realizar mi vida normal y guardando para mí mi decadencia.
Lo curioso y útil de su visita es que llegue a la conclusión de que ELLA, puede enamorarse de cualquiera. En serio, quien quiera que sea que vea lo que ella no ve tiene su atención. Hasta cierto punto se construye con los ojos de los demás y cada gramo de amor propio que tiene se los debe a ellos. Me habló de cada uno de sus fallidos amores y me parecio que recordándolos ella puede quererse.... que puedo decir... es patético. Dijo que gracias a Juan tenia lindas manos, por Carlos una linda espalda, por Manuel una melódica voz grave y por Andres un buen sentido del humor.
No se si todas nos construimos de esa manera, al menos a mi nunca me ha pasado. Pero para ELLA eso parece haber funcionado hasta ahora.
También me hablo del matrimonio, de como las gitanas se comprometen a la edad promedio de 15 años, de que su madre se caso a los 22 y que a ella sólo le queda un año para encontrar marido. Mientras yo la miraba y pensaba en si existía alguna figura delictual aplicable a sus padres por haberla criado para mendigar cariño de esa forma tan brutal.
Después de tres horas de lo mismo y de beberse todo mi té, se marcho igual de miserable. Nunca más abro la puerta un 14 de febrero.
G.
